Uno
Quedó la ventana. Para ver los anuncios
Pasar. Y los pastores: amarás a todas las cosas.
También: a las mujeres (vos, mirando). A
Los hombres (yo, él, ellos). Amarás
Como se ama a los aviones. Sus palabras
Cayendo sobre nuestras cabezas. Ya no queda
Ni una casa que tirar. Tan sólo
Quedó la ventana. Y las palabras que pisamos
Porque no son las nuestras, porque a veces
Es mejor pisar la rosa que así es la rosa y seguir
Mirando. Mirar, soñar, gritar acaso: te amo a través
De los cristales, tantos, tan densos, no hay: una forma
De escapar. Tus cuadros: cristales. Mis palabras:
Cristales. Mira ahí: abajo: es Wall Street, el
Miedo. Quedó la ventana. Para llorar por
Grecia, por los parados, por ejemplo. Son como nubes
Y son el viento. Luego escribiréis en el cielo palabras de
Humo. Palabras como Nike, Coca-Cola, Comunismo.
Palabras como PIB, Bolívar, Ornitorrinco. Las sirenas
Con sus luces azules y rojas nos disfrazan de personas.
Para ser persona hay que haber nacido aquí.
Aquí, la ventana. Cada uno en su ventana, y Dios
En su ventana, mirando. El rumor de la hierba, el golpe
Del sílex, el despegue del Columbia. Eran nuestros anuncios,
Las aves espaciales: augurios. Entonces dijo Dios:
Primero serán las vacas gordas, después los cerdos.
Lo pasaron en el intermedio: de un programa
Sobre mesías y fines del mundo. Después
Sólo quedó la ventana. Y los padres, sus pancartas: son azules
O son rojas. Era bonito, pero duró. Como dura el progreso,
El estipendio, la persona. Si cambias de vela, volamos:
Que caminen los ciegos, que anden los sordomudos,
Que los calvos paseen, es posible. Que se borre
La Deuda que escrita está en el cielo: No
Es Posible. Y además no existe el cielo.
Sólo existe la ventana. Y la hierba que no pisamos
Porque es un cuadro de Monet. Y sus lagos: no
Podrás lavar tus manos, llenas de tinta. Nunca
Tocaste un solo nenúfar. Nunca has amado. Mejor
Es caer a un arroyo, a una guillotina. Estoy hablando
De cristales transparentes, de empresas de limpieza. Como
Siempre, hablando. Y la casa, todas las casas, ya las tiraron.
Quedaron las ventanas. Que no son de nadie, de quien las mira.
O, más bien, de lo mirado. Amarás a todas las cosas.
Como se ama a los aviones, el día del desfile, los soldados,
A todos os tuve una noche: a nadie he amado. Era lo justo que
Te fueras, si es que existe lo justo, si es que alguna vez te fuiste
Cuando yo estaba: mirando la ventana. Quedó, el hueco:
Quedaba. Un hueco en medio del vacío.
Y alguna palabra falsa en mi corazón.
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